22 abr 2015

Autores, escritura y la LIJ argentina.

Ayer fui a la presentación del libro Entrelíneas. 20 conversaciones con autores de la literatura infantil y juvenil de la Argentina

Nunca había ido a la presentación de un libro (por lo general no me entero y, más por lo general aún, suelen ser en otro país). Pero cuando supe de la pronta existencia de Entrelíneas y de la presentación del libro, no tuve que pensarlo demasiado.

Porque, ¿qué oportunidades hay de escuchar a algunos de los mejores escritores de literatura infantil y juvenil del país hablando sobre literatura? Más todavía, ¿qué chances hay de leer un libro dedicado a hablar sobre eso y sobre la LIJ del país?

Sin mucha experiencia previa, hacia allá fui. 

Primer pico de emoción: Cuando estaba parada esperando para entrar y me di cuenta de que efectivamente estaba rodeada de una cantidad increíble de autores muy genios de la literatura infantil. Ahí me agarró un lapso de parálisis temporal.

Segundo pico de emoción: Cuando dichos autores hablaron.
Mario Méndez dando inicio a la presentación.
Porque cuando la presentación comenzó de forma más oficial, Mario Méndez, el coordinador del libro, cedió el micrófono y les permitió a los autores presentarse y hacernos un breve recuento de cómo habían llegado a la literatura infantil y de qué lecturas los habían marcado. Y para mí fue ver en vivo cosas sobre las que sólo había leído: la locura por la lectura y la escritura, la pasión desmedida por las historias que pueden cambiarnos la vida.

"Quiero escribir para divertir a otros", decía Liliana Cinetto recordando cuánto se había divertido ella leyendo y jugando a lo que leía. "La literatura es una forma de la realidad más profunda; permite ver todo", reflexionaba Franco Vaccarini, (aunque después Adela Basch, muy divertida, aclarara que ella igual no entendía nada de la realidad). "Lo más revolucionario que leí en mi vida fue el humor. Me mostró que hay otras formas, otros caminos", contó Graciela Repún."¿Cómo puede ser que alguien llore tanto por alguien que no existe, que no es más que palabras?", se preguntó Silvia Schujer después de contarnos cómo la había afectado una de las muertes de Mujercitas. "¿Y cómo se puede enamorar uno de un personaje?", retrucó Ángeles Durini.

Verónica Sukaczer leyendo uno de los primeros poemas que escribió cuando era chica.

Las presentaciones breves fueron un viaje a través experiencias crudas y puras de encuentro con la literatura. Se nombraron autores que dejaron huellas, libros y personajes que abrieron puertas nuevas, familiares que regalaron libros y otros que los sacaron. Pero todo giraba en torno a lo mismo: una lectura que había echado raíces y que había revelado que ahí había algo para cuestionar, para tironear, para narrar.

"Los libros surgen de un deseo". Así empezó la presentación. Y así terminó. Autores hablando de sus pasiones, de sus deseos, de sus ganas de contar, de transportar, de divertir, de emocionar, de jugar a imitar, de crear.


Todavía no empecé a leer Entrelíneas. Pero me entusiasma mucho imaginar que me voy a encontrar con palabras de gente de acá que entiende la literatura por donde de verdad importa: en el deseo y en la posibilidad de disfrutar.


Extra:
Esta presentación me volvió a conectar con otros libros y otros autores que hablan con la misma emoción sobre la escritura y que pueden hacer constelación con el entusiasmo de estos autores: la pasión y la locura de escribir, Anne Lammot, Mario Vargas Llosa y Stephen King.


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