11 ene 2013

Bajo la misma estrella

Bajo la misma estrella, John Green, 2012. Nube de Tinta.

Diagnosticada con un cáncer de tiroides avanzado a la edad de 13 años, Hazel estaba lista para morir. Sin embargo, un año más tarde, un milagro médico reduce los tumores en sus pulmones y salva su vida... por ahora.

Dos años después del milagro, Hazel está más allá de todo: no va más a la escuela, no tiene muchos amigos y su vida está lejos de ser normal. Y si bien podría llegar a vivir por un tiempo largo (aunque no sabe muy bien qué significa eso), Hazel vive unida a un tanque de oxígeno y a medicinas que mantienen sus tumores a raya.
Un día, en el grupo de apoyo, Hazel conoce a Augustus, un chico lindo, en remisión y, sorprendentemente, interesado en ella. Estar con Augustus es a la vez un destino inesperado y un viaje que hacía tiempo que necesitaba, que la lleva a Hazel a reexaminar cómo la enfermedad y la salud, la vida y la muerte, la definirán a ella y al legado que todos dejan atrás.

¿Un libro sobre chicos con cáncer? ¿Cómo es posible que alguien escriba algo sobre ese tema y, no sólo tenga un éxito demoledor, sino que, además, no genere ningún tipo de controversia o posiciones encontradas? Esas fueron mis primeras preguntas cuando escuché de este libro por primera vez. La segunda fue: ¿por qué la traducción del título es tan terrible?

John Green vuelve a deslumbrar en el que es considerado - por gran parte del mundo virtual - su mejor libro. Bajo la misma estrella es una pequeña rareza y una exquisitez: centrada en un tema tan sórdido y delicado como el cáncer en los jóvenes, logra dar una vuelta de tuerca y echar una luz distinta sobre las aristas más difíciles de la enfermedad.

En primer lugar, mucho de la maestría de esta novela radica en el tono. Habiendo leído ya otro libro por John Green (Paper Towns, aún sin traducción al español), le daría a este tono el nombre de Green, dado que no es otra cosa que la firma más visible y sólida del autor. Todos los personajes, tanto jóvenes como adultos, tienen una capacidad inusitada para dar rienda suelta a sus lenguas y explayarse en magníficos diálogos cargados de humor, ironía y respuestas mordaces. La misma Hazel, protagonista de la historia, se extiende en largas reflexiones repletas de este mismo tono, con ideas cómicas e irreverentes, pero, sobre todo, comunes. Es un tono liviano, fresco, juvenil, que abraza la temática angustiante de la enfermedad y la muerte y la trae a la realidad más física y tangible. En Bajo la misma estrella no hay divagues filosóficos sobre el significado de la vida, la muerte y el más allá: es la lucha de una chica, de unos chicos, por entender qué tienen que hacer ahora con sus vidas, con sus seres queridos y con lo que les toca. Las veces que estos jóvenes se preguntan por cuestiones más grandes que ellos (hay, en particular, una gran pregunta por el olvido humano, por la intrascendencia, que tiene mucho peso en la historia) lo hacen de una forma muy real y sencilla.

Esta es, sin duda, la grandeza de esta novela, aquello que impulsa a seguir leyendo y aquello que acerca tanto a uno, al punto de hacerla carne en uno mismo, una experiencia tan traumática y lejana - para quienes nunca han estado enfermos - como el cáncer.

Hazel y Augustus - incluyo también a Isaac, un personaje entrañable - son otros de los logros de John Green. Compuestos, en gran parte, por este tono juvenil sin restricciones de ningún tipo, pero, también, por una lograda reflexión que hace el autor de lo que significa ser joven y estar enfermo, estos personajes centrales prácticamente se convierten en personajes que respiran y viven muy cerca de uno. John Green combina a la perfección tareas cotidianas como el colegio, la lectura y mirar America's Next Top Model, con episodios de profunda angustia y desesperación, y preguntas por el sentido del dolor, del amor en tiempos de sufrimiento y del todo. La forma en que John Green conjuga y alterna estos polos da vida a los personajes, perfeccionando sus personalidades y la forma en que se vinculan entre ellos.

John Green, sin embargo, no es un autor que simplemente relata una historia, una sucesión de eventos, y nada más. La novela está plagada de pequeñas frases o grandes párrafos muy logrados a nivel literario, los cuales sólo aumentan la eficacia de la historia.

Y, quizás, lo que podría haber llegado a ser un momento débil en la historia - un golpe bajo, por así decirlo - queda bastante bien disimulado o disminuido por la forma en la que el autor decide llevar adelante los saltos temporales de ahí en adelante. No voy a decir a qué momento me refiero porque estaría arruinando el clímax de la novela pero, tal vez, alguno se dé cuenta qué estoy hablando.

Bajo la misma estrella (o The Fault in our Stars, como me gusta a mí), es una novela atípica, sobre un tema difícil y con un tono sorprendentemente encantador - donde radica, sin duda alguna, toda su gloria -. Desde el primer capítulo los párrafos gritan que la historia va a ser triste y que el lector va a sufrir, pero el viaje a través de la historia y hacia el final es tan cautivante y los personajes tan humanos, que no queda otra opción más que seguir leyendo.



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